Disposición para la comprensión y aceptación de la dignidad de las personas como seres humanos, reconociendo derechos y deberes, cultivando una actitud dialogante.
Forma de vida, comprometida con la verdad, caracterizada por la congruencia entre lo que se piensa, se dice y actúa.
Aceptar vínculos y mantener la adhesión a ellos, manteniendo la fidelidad a través de la empatía y el esfuerzo.
Condición humana comprometida para responder ante sí mismo o ante los demás, por sus actos u omisiones, sean intencionadas o no intencionadas.
Persistencia inquebrantable en el ejercicio de acciones positivas destinadas al bien propio o ajeno, a pesar de los obstáculos.
Capacidad para conducirse de manera metódica, respetando las normas lógicas en la organización y ejecución de tareas.
La disposición de acoger, comprender y asumir, desinteresadamente, las necesidades de los demás.